Una de las grandes ventajas de los trabajos florales artificiales es que se pueden modificar, reorganizar, reinstalar, cambiar su ubicación y utilidad, etc. etc …… No he utilizado la palabra customizar porque no me gusta emplearla unida a las flores( manías mías).
Una clienta necesitaba un arreglo floral en artificial para colocar encima de una estantería alta. Vio uno de nuestros cuadros de troncos y le gustó mucho. Lo hemos adaptado a sus necesidades.
Elegimos una base plana y la rellenamos con mosy seco y arcilla.
Antes de que la arcilla se seque hincaremos los troncos en ella.
Estos troncos servirán para sujetar el antiguo cuadro.
La base la trabajaremos de una forma vegetativa decorativa. No tiene que hacer competencia en importancia con el trabajo principal pero no hay que olvidar que debe ser interesante.
Quizás en un futuro este centro floral se instalará en otro lugar. Debemos pensar que nuestro trabajo se puede contemplar desde cualquier posición.
Cuando la arcilla se haya endurecido lo suficiente para sujetar los troncos es el momento de atar el “cuadro” a esos troncos.
Colocarlo, es este caso, paralelo a la base. Unirlos con alambre decorativo o con cuerda.
Completaremos la base con distintos materiales: musgo, frutos secos, cortezas…….
Cuando pensemos que el trabajo está terminado un buena idea es colocarlo en un lugar parecido al que va a utilizar nuestro cliente.
Otra buena idea es dejarlo allí y de vez en cuando echarle un vistazo para comprobar que sensación nos da.
Si cada vez que lo miremos nos gusta menos lo mejor es volver a plantearlo o incluso hacerlo de nuevo.
En el caso de que cada vez nos guste mas hay que llamar a nuestro cliente y decirle que ya tiene su arreglo floral terminado.