Hoy hemos subido a la Colegiata de Roncesvalles para colocar las flores para una boda. El sol saludaba a los peregrinos, a los visitantes y a los novios con sus invitados. La pareja ha elegido flores en blanco y fuxia y hemos mezclado flores y plantas. El resultado ha sido armonioso y romántico. Un pequeño intento de introducir la naturaleza en el templo.
En el exterior el otoño resplandece e incluso nos intimida. Los Pirineos nos ofrecen toda su belleza en un día claro y los árboles y los brezos se tiñen de color. Todo lo que nos rodeaba es tan hermoso que dan ganas de permanecer allí.